Zidane se movía con la prestancia de un torero. Con una maestría y sofisticación técnica, él orquestaba el juego con inspiración divina. Sus pases eran milimétricos, como pinceladas magistrales en un tapiz https://tedgphy768088.yomoblog.com/45501928/la-historia-detrás-del-gesto-de-zidane-en-2006